Taller Repensando mitos: Variaciones del Presente
En Fundación Atenea, a través del Programa Apoyarte: espacio entre mujeres, llevamos disfrutando más de 4 años de la colaboración con el programa de Acción Social de EducaThysen todo ello de la mano de Alberto Gamoneda.
Apoyarte es un espacio por y para las mujeres en las que ofrecemos apoyo en diferentes áreas: social, laboral y psicológica; en forma individual y también grupal. Los diferentes espacios grupales son fundamentales de cara a favorecer un proceso interno de apertura, de puesta en marcha de herramientas relacionales, creativas para la creación de redes. Son espacios en los que encontrar apoyo, conocer nuevas maneras de funcionar, diferentes miradas que nos son útiles para poner en marcha acciones que favorecen el desbloqueo de situaciones de sufrimiento, soledad, miedo o falta de confianza.
Y dentro de este escenario es fundamental el arte; el arte como herramienta para recuperar la creatividad en la mirada, en el hacer, en el sentir. El arte como espacio de apertura, de reconocimiento de una misma y de las otras personas: “Te miro y me reconozco; como en un espejo… y veo tu mirada entrando en mí, en “mi mundito”. A través de ti aparecen esos lugares míos, los reconozco; Antes estaban ocultos ahí, en mi sombra, antes no los podía ver”.
El espacio que encontramos con EducaThyssen nos permite salir al mundo a recuperar la creatividad que perdemos en las situaciones de bloqueo vital; y permite hacerlo de una manera cuidada, de una manera compartida.
Cada visita al museo parte de una temática general que en ocasiones surge de alguna de las participantes, otras de la propuesta conjunta del grupo, o bien de las profesionales. Luego lo preparamos previamente con Alberto Gamoneda para que tome cuerpo y acción en el Museo. En este espacio crecemos todas, todas nos implicamos independientemente del rol, o de la manera de llegar a Apoyarte y al Museo.
En este tiempo de confinamiento por el COVID-19 el mismo Taller de Arte de Apoyarte se ha tenido que reinventar, nos hemos encontrado con otro encuadre, otras reglas del juego: como si nos tratásemos del OuLIPO, la creatividad también ha llegado a través de ciertas constricciones que hemos conseguido re-situar como apoyos creativos para nuestro juego.
Nos hemos sumergido en un mundo digital y hemos aprendido a navegar por las aguas de internet con sus computadoras, móviles, aplicaciones, mails, videollamadas, documentos, imágenes vídeos compartidos… para encontrar un punto de encuentro en este amplio océano; cuando aprendemos a nadar la propia bañera de casa roza la inmensidad, pero al cabo del tiempo ya hemos compartido mapas de navegación y creado códigos compartidos para localizarnos y construir estos territorios de encuentro.
Resulta interesante del marco digital, que una vez dentro de éste, lejos de suponer una barrera al contacto, nos ha permitido estar más cerca, compartiendo con más intimidad que de costumbre. Quizá por encontrarnos cada una en nuestra casa:
“Hablo desde mi “habitat”, mi madriguera y abro mi intimidad a muchos niveles; invito al grupo a conocer mi espacio físico íntimo, la habitación, la sala donde vivo, el lugar donde se propicia el encuentro”.
Quizá simplemente por el hecho de que la pantalla me permite una pequeña “distancia”:
“a través de la pantalla tengo la sensación de exponerme sin que me puedan tocar, tengo el control y, si quiero, desconecto”
O quizá por el contexto social de fragilidad que también acompaña y la necesidad de crear un sentido compartido ante el caos y el desconcierto que siento:
Lo que pienso y me cuestiono, lo que me preocupa, lo que me hace sufrir a veces hasta pensar “a ver si es que estoy un poquito loca…” lo comparto y es recogido, hay respuesta… “menos mal… no es solo el eco de mi voz, hay otras voces con sus ecos”; creamos discurso, creamos debate, “al menos es una locura compartida y me da sentido”.
El propio taller en su locura o su cordura, ha ido variando en su propuesta; hemos partido de comentar obras de otras personas y hemos pasado a ser nosotras mismas autoras y conocernos a través de nuestras propias creaciones. Alberto Gamoneda ha guiado este recorrido:
Al principio la elección del cuadro partió de una profesional de Apoyarte o de Alberto.
Después la diferencia entre profesional y participante se diluyó para hacer todas parte de este movimiento de proponer, elegir, preguntar, responder y volver a preguntar…
Más adelante nos dedicamos a pasear virtualmente por el museo para traernos una obra bajo el brazo: “ elijo aquella obra que me es especial; que tiene algo que me toca, una parte de mi; hablo de ella, hablo de mi: por un momento somos lo mismo y nos mostramos al mundo”
El siguiente paso que dimos fue atrevernos a pasar a la acción a dar una forma creativa a esto que voy descubriendo a través de la obra. A lo que yo veo de mí a través de la obra y de las otras miradas le doy una forma plástica, visual, escrita…. : “Doble retrato de Hilde II y el conflicto con la personalidad, por Violeta Salem” y “ Dos Voces, por Violeta Salem”.
En ello estamos, así es como hemos construido un encuentro de creadoras.