Novela fácil... online
Cuando hablamos de cuidados es inevitable relacionarlo con lo táctil, con lo presencial… Pues en este post os cuento un ejemplo de cómo también es posible cuidar y cuidarse a distancia!!!
El dia 14 marzo muchos de nosotros estuvimos pegados a la radio, a la televisión y a los medios digitales esperando saber en qué iba a consistir eso del estado de alarma. El gobierno acababa de declararlo en todo el territorio nacional para afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por el coronavirus COVID-19. Esa noche antes de dormir, entre los pensamientos de toda índole que se me agolparon me vino una imagen placentera, supongo que para contrarrestar otras más angustiosas, que fue la de una charla muy enriquecedora que mantuve unas semanas atrás en un banco de la primera planta del museo, con Isabel, una de las participantes de Novela Fácil en lectura fácil, proyecto en el que, de manera participativa, un grupo de usuarios y profesionales pertenecientes a Fundación Secretariado Gitano, Fundación Amigos de los Mayores, PAIDEIA y AMEB, vinculan sus diferentes realidades con las obras de la colección. Sus historias se plasmarán en una novela gráfica de la mano de Aitor Saraiba.
Fui la última en incorporarse al proyecto. Procuré que mi llegada fuera de puntillas, evitando en lo posible alterar la atmósfera de complicidad que se había ido generando entre los participantes y que era inevitable respirar nada más entrar por la puerta de nuestro taller, el lugar de encuentro de las sesiones. Pero según fueron pasando las tardes de los martes, fui conociendo algo más de algunas de las personas con las que quincenalmente compartía experiencias, recorridos por las salas del museo o talleres plásticos. Así supe que a Gardenia le encanta dibujar una especie de muñecas de ojos enormes, que Emilio prefiere escribir a dibujar, que Charo es una gran repostera o que Juan Ángel se presenta como Juan, a secas.
Recuerdo la última sesión, cuando estuvimos hablando en las salas del museo sobre algunos de los cuadros elegidos por ellos para acompañarles durante el proyecto: paseamos con las mujeres de Mañana de Pascua de Friedrich, disfrutamos de la naturaleza salvaje que rodea El lago Greenwood de Cropsey y comparamos los retratos de San Sebastián de Bronzino con Quappi de Beckmann, como si del juego de las 7 diferencias se tratara. Ese día, cuando nos despediamos, me di cuenta de que las distancias se habían acortado... Ya me sentía como una más del grupo.
Con la noticia del confinamiento pensé que esos lazos que sutilmente se habían ido creando entre nosotros se difuminarían y de alguna manera este parón supondría tener que empezar de cero cuando pudiéramos volver a encontrarnos. Pero en ese momento Alberto tuvo la ingeniosa idea de continuar con el grupo de manera virtual... ¿por qué no crear un grupo de whatsapp de novela gráfica?
Durante estos días de encierro este grupo se ha convertido es un lugar de encuentro en el que seguimos compartiendo, haciendo de este espacio virtual, algo frío a priori, un lugar cálido donde recibir cada mañana los buenos días, elegir el título de la novela (Tejiendo vidas, contando historias….los cuadros que nos eligieron), sustituir las meriendas de los martes por futuras degustaciones de caracoles, dedicarnos dibujos, felicitaciones de cumpleaños y conocer los capítulos de Aitor que cada dia nos enternece con sus dibujos e historias.
Cuando hablamos de cuidados es inevitable relacionarlo con lo táctil, con lo presencial… pues he aqui un ejemplo de cómo también es posible cuidar y cuidarse a distancia. Me siento orgullosa de este precioso proyecto y más aún de quienes lo están haciendo posible: Sergio, Juan Ramón, Carlos, Emilio, Ramona, Iván, Bea, Elena, Dani, Isabel, Asun, Aitor, Yailing, Gardenia, Chechu, Dara, Kike, Lucia, Mina, Charo, Carmen, Juan Angel, Rufino, Alberto….Gracias por ser tan generosos... Nos leemos en el whatssap...