Creando Thyssen del CRPS Los Cármenes
¡Contamos la experiencia del CRPS Los Cármenes! Ahora nos paseamos por el museo con una acción “no clasificada” en la que es protagonista el juego, la creación y la diversión como clave.
Hace ya tiempo que venimos utilizando el espacio que el Museo Thyssen Bornemisza nos ofrece generosamente desde su área educativa (educaTHYSSEN). Desde allí, Alberto Gamoneda, nos ha ido acompañando en la común misión de facilitar procesos de recuperación a personas que han sufrido o sufren problemas de salud mental. Este camino que empezamos a recorrer en el año 2013 es hoy una fuerte alianza que consolida la idea de museos abiertos a la comunidad, con un claro enfoque inclusivo y fomenta el valor del arte como herramienta que facilita nuevas posibilidades terapéuticas, sociales y recuperadoras.
Inicialmente nuestra colaboración estaba enmarcada en hacer visitas grupales a la colección permanente del museo con el acompañamiento y “no guía” de los educadores del Museo, “no guía” porque ya desde un inicio nos dimos cuenta que los profesionales del museo en su recorrido por las salas y talleres nos invitaban a realizar un viaje de descubrimientos, aprendizajes propios, evoluciones personales y espacios compartidos. Facilitar y “no guiar” era su misión que conectaba de lleno con nuestro enfoque recuperador de validaciones personales y construcciones de identidades individuales y colectivas.
Ahora nos paseamos por el museo con una acción “no clasificada” en la que es protagonista el juego, la creación y la diversión como clave para la trasformación y donde la visita no podría realizarse sin los verdaderos protagonistas de la misma las personas con las que trabajamos y para las que trabajamos en el CRPS Los Cármenes.
Para transformarnos, para que sucediera, ha sido clave el papel activo, participativo y protagonista de las personas en atención, derribar barreras de comunicación y tomas de decisiones, atreverse, explorar. Hemos generado un ecosistema de equilibrio entre el equipo de educadores del museo, las personas integrantes del grupo Creando Thyssen, (profesionales y personas en atención en común horizontalidad) y los espacios de trabajo, dentro del CRPS y dentro del museo que fomentan nuevos valores compartidos (trato humano de igual a igual, diversión, inclusión, escucha, crecimiento, colaboración)
En nuestro centro, hemos pasado de planificar visitas (hacer un taller) dirigido por las profesionales a disponer de un grupo motor que se reúne con periodicidad semanal y que incluimos dentro de la programación de actividades del centro (Programa “Creando Thyssen”). Hemos abandonado el rol de visitantes, el rol de mediadores de museo para ir utilizando el arte y el espacio del museo para favorecer la exploración interna y el autoconocimiento, de trabajar hacia afuera a trabajar en lo subjetivo o interno y en ambos espacios a la vez, estamos conquistando el rol de “hacedores”, de “creadores”. Estamos en un proceso de responder al desafío de evolucionar una actividad, de co-crear, de innovar.
Antes (mediación en museos)-----Ahora (Lección de Arte)
En un primer momento que encuadramos entre el 2013 y el 2015, el trabajo que se realizaba estaba muy dirigido por las profesionales, realizábamos visitas al museo acompañados por los educadores del mismo, las personas que asistían no participaban de forma activa, tanto en temas a tratar como en metodología, teniendo así, un rol pasivo. Los profesionales decidíamos los temas a reflexionar que trasmitíamos a Alberto, preparábamos desde nuestra atalaya profesional las visitas e invitábamos al grupo inicial y a otros grupos del CRPS y familiares a unirse a la visita. En el 2015, el museo nos invita a participar en el Día Internacional de los Museos como mediadores y el grupo del Proyecto Thyssen explica algunas obras de arte a las personas que visitan el museo ese día. Comienza aquí un segundo periodo que abarca desde el 2015 al 2017, la dirección y el apoyo profesional evoluciona y las personas en atención empiezan a tener un papel activo a la hora de preparar las visitas. El grupo ya elige el tema que quiere trabajar y Alberto nos propone algunas obras que se trabajan en el grupo, nuestro quehacer se centra en seguir un esquema explicativo de la obra a tratar que posteriormente se comparte en las salas del museo. Todas las propuestas son consensuadas y entre todos elegimos el tema a desarrollar, la relación entre profesionales y personas en atención se empieza a equilibrar y las profesionales somos dos miembros más del grupo Proyecto Thyssen. El punto de inflexión llega a finales del 2017, cuando el museo nos invita a participar en la exposición ‘’Lección de Arte’’, en ella el visitante del museo toma parte activa en la exposición. A partir de ahí, comenzamos a crear nuestras propias obras de arte dentro de la colección del museo. Las visitas tienen dos momentos, uno creativo y un momento de aprendizaje de la obra de la colección permanente en el museo. En ese mismo tiempo, Alberto nos anima a que creemos nuestra propia obra de arte a partir de las “100 Obras De Arte Imposibles’’ de Dora García. En 2018, Alberto nos invita a seguir con ese proceso creativo que continúa hasta el momento actual. Ahora el trabajo se configura como un espacio donde prima la exploración individual y la creación de un producto artístico grupal que posteriormente alcanza su protagonismo y sentimiento de pertenencia en el espacio del Museo Thyssen, y adquiere más valor y mayor significado por el refuerzo del educador del museo, otros visitantes y acompañantes. La visita al museo es un elemento más del trabajo grupal ya que todo el proceso de sesiones preparatorias son vividas por el grupo como lo realmente importante. Cada preparación y cada visita es única y diferente, en ellas se da un lenguaje de comunicación diferente al habitual, generamos nuevos espacios de empoderamiento y creación, fomentamos la reflexión “intra”, “inter” y “trans”, nos dejamos llevar por la acción basada en la idea de combinar el Arte + la Recuperación en un contexto que ha abierto sus puertas a explorar su espacio desde un punto de vista mas inclusivo y participativo, el museo , sus salas, la visión de sus obras, su transitar.
El museo desde su peculiaridad brinda sus espacios para la reflexión, el diálogo, la acción en torno a cuestiones y personas. Así, vamos a un territorio nuevo que ya no se ubica en lo académico o en la rigidez profesional, sino que es transformático de manera conjunta. El museo se trasforma, nosotros no trasformamos y sentimos que todos evolucionamos.
Somos conocedores de nuestro cambio y trasformación, también del cambio y transformación que experimenta el propio museo, pero no somos del todo conscientes de si estas transformaciones son lo esperado, lo buscado o pretendido. En realidad da un poco igual el resultado final ya que de lo que sí somos conscientes es que el proceso transitado ha merecido la pena para descubrir que el arte no es solo un objeto depositario de conocimiento por un artista, que el museo no es solo ese lugar que guarda ese objeto de conocimiento, que las personas que visitamos los museos no solo vemos o consumimos imágenes, sugerencias o belleza. Hoy, sabemos que el arte está vivo y se da en interacción, su gran valor radica en despertar en el espectador la capacidad de aprender, de sentir, que nos conecta, que los museos son espacios abiertos, comunes, donde se cuecen preguntas, donde nosotros los espectadores, no somos solo espectadores sino personas activas, constructivas, que a través del arte exploramos un lenguaje que es universal, ese que nos dice que la esencia del ser humano es evolucionar, mejorar como persona y como sociedad. También somos conscientes que la recuperación de un problema de salud metal es posible y que no consiste exclusivamente en la reducción de síntomas y signos clínicos, sino en la conquista de metas más ambiciosas donde el control de las propias vidas y el deseo de normalizar la vida plenamente ha de estar presente, poner el énfasis en capacidades, en horizontes de desarrollo y crecimiento personal supone establecer como metas el desarrollo de la autonomía, el desempeño de roles socialmente valiosos, mantener relaciones socioafectivas significativas, caminar por espacios de inclusión sociocomunitaria con el fin de desarrollar una vida relativamente satisfactoria. En la confluencia de ambas certezas hemos aprendido que el arte es salud, que el museo es comunidad y que las personas tenemos infinitas posibilidades de recuperarnos de un problema de salud mental y conquistar nuestro propio bienestar.
Todo esto, tiene una clara utilidad en el ámbito de la intervención social y en particular en la promoción e intervención en salud. El plus para que el museo sea una herramienta que construye identidades individuales y colectivas, que apoya a la inclusión comunitaria y sirve como estrategia para trabajar la salud mental y la recuperación de un trastorno mental grave y sus conflictos es la Participación. Ese plus que da a la persona su protagonismo, que permite la confluencia de intereses, que invita al profesional a facilitar y “no guiar”, ese plus que hace del arte algo útil y práctico desde donde las personas libremente crean, se transforman, aportan, crecen, se atreven, exploran, juegan, producen conocimiento, descubren habilidades y adquieren otras nuevas, ese plus lo hemos encontrado y co-construido junto al proyecto Educa Thyssen.
Gracias por lo aportado, gracias a Alberto por facilitar el descubrimiento y gracias especialmente a las personas que constituimos el grupo Creando Thyssen del CRPS Los Cármenes por no conformarnos con lo establecido y por atrevernos a la conquista personal y a la trasformación social.