Finales que son principio
Hoy he realizado la que posiblemente haya sido mi última visita escolar. He cerrado el curso con un grupo de segundo de primaria. Las veintiocho clases han sentido el contacto directo con las obras... ¡Os cuento la experiencia!
Hoy he realizado la que posiblemente haya sido mi última visita escolar. He cerrado el curso con un grupo de segundo de primaria. Las veintiocho clases han sentido el contacto directo con las obras. Un contacto que supera lo táctil. Se trata de un contacto emocional. La piel no interviene, sí el corazón.
Y sin haber sido planeado, esta última visita ha sido en este museo. En el que empezó todo para mí. Fue en el 2012. Yo ya era profe de plástica y había realizado más actividades en otras instituciones culturales pero la primera visita escolar que hice en el Museo Thyssen fue Micromundos sostenibles.
El destino hizo que fuese Ana Andrés quien realizara el recorrido por las obras. La seguí sumergida por la fascinación del relato, recuerdo pensar: así tiene que ser. Quiero ser como ella. Cuando vuelvo a ver, entre otras, la obra Bodegón con aguamanil, frutas, copa nautilo y otros objetos de Willem Kalf, vuelvo a aquel febrero de 2012.
Desde entonces no dejé de seguir la pista al Área de Educación de este querido museo. Sabía que si quería ser una buena profe de plástica tenía que estar cerca de ellos.
En octubre de ese mismo año llegó Aquí pintamos todos y ahí estaba yo, en la parrilla de salida para solicitar plaza. No podía perder esa oportunidad. Tan nerviosa estaba que al no recibir contestación, llamé. Fue Ana Andrés quien atendió mi llamada. Me presenté, pedí disculpas por mi impaciencia por querer saber si había sido admitida, y volví a insistir sobre el gran interés que tenía en participar. “Tranquila. En unos días os comunicaremos quiénes sois los docentes seleccionados.” Nunca supe si aquella llamada influyó en la decisión. Nunca quise saberlo. Lo importante para mí es que participé en el proyecto.
Y después llegó Musaraña. Diez años. Muchos encuentros. Momentos inolvidables. Personas que se han convertido en referentes y sobre todo mucho aprendizaje y la creación de una red de comunicación e intercambio muy valiosa.
Hoy ha sido Eva García quien ha hecho el recorrido por las obras. ¿Cómo lo consigue?, me he preguntado. Cómo consigue que entremos en la obra con un relato tan sencillo y tranquilo. Nos ha mecido de obra en obra. ¡Hasta nos ha convertido en un campo de amapolas!
Subida al autobús, de vuelta al colegio, no he podido evitar echar cuentas. De repente he querido saber cuántas veces he acompañado a un grupo escolar a una visita a un museo, fundación, sala de exposiciones… Tantos años por muchos grupos supera las doscientas veces.
De todas esas veces, muchas he sido acompañada por Ana, Eva, María, Salva, Begoña, Mariola, Ángeles, Luz… ¡Gracias! Gracias por fortalecer esos puentes tan valiosos entre el museo y la escuela.
Este modelo de visita se acaba para mí pero no mi empeño en conectar a mis alumnos y alumnas con el arte y la cultura. En ello estoy trabajando y donde espero seguir acompañada de la comunidad Musaraña.