Un café, una conversación: Domingo después del sermón
Conversación virtual, destinada a público adulto, en torno a la obra Domingo después del sermón (1969), de Romare Bearden.
La situación que estamos viviendo nos hace reflexionar sobre nuestro trabajo como educadoras de museos de otra forma, pensar en las posibilidades y experimentar con formatos para seguir teniendo contacto con el público. De ese deseo surge Un café, una conversación, un espacio virtual para conversar sobre algunas obras del Thyssen.
¿Sobre qué obra vamos a conversar? En nuestro tercer café-conversación queremos hablar de Domingo después del sermón (1969), de Romare Bearden; un cuadro que, gracias a la perspicacia de Bearden, hace que un acontecimiento trivial se transforme en una metáfora social y moral de una determinada época en Estados Unidos.
¿Quién puede participar? La conversación está abierta a público adulto, a partir de 18 años. No hace falta ser un experto, basta con tener ganas de conversar y compartir pensamientos y reflexiones con otras personas. ¿Cómo hacerlo? Enviando un correo electrónico a educathyssen@museothyssen.org. El café-conversación tendrá un máximo de 8 participantes a los que se comunicará su plaza por correo electrónico.
Y después, ¿dónde me dirijo? Una vez te hayas inscrito en la conversación, te facilitaremos una dirección para la reunión a través de la aplicación Google Meet.
BITÁCORA/ Un café, una conversación. 6 de mayo 2020
Ayer tuvimos nuestra tercera sesión de Un café, una conversación, esta vez dedicado a la obra de Romare Bearden, Domingo después del sermón, 1969. Es una obra que suele estar en el almacén por cuestiones de conservación, se trata un collage sobre cartón y papeles, aunque en algunas ocasiones hemos tenido la suerte de verla expuesta incluso de trabajar con ella.
Fue la sesión con más participantes que hemos tenido, andábamos preocupadas con esto, pero al final todo salió bien. Al parecer la gente se ha acostumbrado de manera pasmosa a socializar y relacionarse virtualmente, a respetar turnos y a pedir la palabra. Hablamos todos y todas y cada uno de nosotros dio su particular visión de una obra de la que se nos escapaban los referentes. Se habló de lo cotidiano, del equilibrio compositivo que habla del equilibrio familiar. De la importancia de la familia y de los pequeños placeres, como compartir una comida en familia. A todos nos llamó mucho la atención la técnica, el collage, una técnica no muy presente en las ""grandes obras y en la que Romare Bearden alcanzó una capacidad de expresión increíble. También hablamos de los ecos de algunos artistas clásicos en la obra, de Velázquez, de Reembrant.¡Quién lo diría!
Esta obra nos descubrió el arte afroamericano, artistas desconocidos en las colecciones europeas, artistas que con su arte reivindicaban sus derechos, que hablan de una cultura, de la identidad, de ser artista negro o de ser artista sin más como decía Bearden. Salir de la especificidad sin negar lo particular, buscar lo que nos une y no lo que nos diferencia, la universalidad del arte y su capacidad de detonar conversación y pensamiento. Nos llevamos una mirada ampliada de esta obra y la posibilidad de volver a ella y seguir descubriéndola.
Gracias a los participantes por hacerlo posible.