En el contexto histórico actual, de sociedades globalizadas, multiculturales, con constante movilidad de las personas y de relaciones en red, existen retos como el afianzamiento de los derechos democráticos y de participación ciudadana y el respeto a la diversidad y a los derechos culturales.

Es preciso repensar los museos desde su dimensión como espacio social y educativo y las implicaciones que conlleva el desafío de contribuir a esos retos.

En diálogo con el arte es posible suscitar narrativas personales, reflexionar sobre las propias identidades, percatarse de su dinamismo y de sus cambios como fruto de muchos factores: externos (oportunidades culturales, educativas,…) e internos (autopercepciones, deseos de cambio,…) y vislumbrar cómo se construyen de forma individual y colectiva, y cómo se configuran las identidades mestizas, fruto de de la movilidad transnacional, del diálogo de macro y micropatrimonios. Estos últimos, que pueden estar relacionados con lo más íntimo, con emociones y sentimientos, sitúan el acento en las personas y en los valores por los que deciden establecer relaciones con determinados bienes patrimoniales materiales e inmateriales (Olaia Fontal, 2013:139) Esta cuestión está relacionada con la educación emocional( Goleman, 1996), y con las políticas de reconocimiento (Taylor, 1993), sin olvidar los aspectos cognitivos y las inteligencias múltiples ( Gadner,1993).

En ese desafío de contribuir a la construcción de una ciudadanía globalizada, los museos pueden generar conexiones entre diferentes narrativas simbólicas mediante la creación (o expandiendo algunas iniciativas existentes) de espacios virtuales o presenciales de participación ciudadana. Esta suerte de espacios caleidoscopio propiciarían diferentes posibilidades:

Recoger la lectura sobre los objetos del museo desde las múltiples perspectivas de los diferentes sujetos que los observan, que, compartidas, proporcionan un caudal de modos diversos de mirar y comprender la realidad.

Hacerse eco de un amplio acervo del patrimonio material, inmaterial y migrante, y también constituirse en un lugar en el que mostrar las creaciones o recreaciones del público en general. Este aspecto contribuye a crear nexos entre lo local y lo global.

Además, bien en estos espacios caleidoscopio, o como proyectos de los museos, es de gran interés establecer diálogos entre museos de modo que se difunda el conocimiento y la reflexión sobre, como expresa Chalmers (2003): expresiones artísticas en diversos contextos históricos y culturales, las funciones del arte en diferentes culturas y en las sociedades plurales en las que vivimos, cómo el arte se enfrenta con ideas, necesidades y valores que pueden encontrarse en todos los tiempos y lugares.

De este modo, el museo contribuye a la construcción colectiva de las identidades de múltiples pertenencias identitarias, configuradas con bagajes identitarios personales y sociopolíticos, y así cada individuo realiza aportaciones para crear el patrimoniocolectivo.

Fecha de publicación:
12 de Octubre de 2016
Imagen
Conchita Francos

Comentarios

Debes estar registrado para poder realizar comentarios

Inicia sesión ¡Regístrate!