Sentar cátedra
El título de esta exposición, Lección de arte, no es ni gratuito ni inocente. Tampoco lo es el que ese título se inspire en la obra de Luis Camnitzer Art History Lesson no. 6. Obra que tampoco es inocua respecto a los temas sobre los que trata: el arte, su historia, la educación en torno al arte, los educandos, la docencia…
Lección de arte es una reflexión sobre el espectador, sobre la supuesta libertad de los individuos en el museo, sobre su papel ante el hecho artístico, sobre la educación en torno al arte. Una exposición que forma parte de un proyecto más amplio y que rompe con una concepción tradicional -aunque contemporánea aún- de entender el hecho expositivo centrándose en el discurso de lo mostrado. Lección de arte va más allá de los objetos para hacer parte de la exposición a dispositivos -como son los de mediación y educación- que normalmente solo son vistos como una extensión o como un anexo que en el mejor de los casos enriquece la tesis de lo expuesto. De este modo no pretende quedarse en el análisis del pasado o en establecer un estado de la cuestión del papel de la educación en los museos. En Lección de arte, como en todo proceso educacional, la reflexión está presente en todo su desarrollo y si bien se pregunta sobre cuestiones de la educación artística, lo que realmente pretende es abrir, plantear y recoger nuevas posibilidades de la relación de los públicos del museo a través de lo educativo. No pretende documentar el pasado, sino explorar las posibilidades que se abren o se pueden abrir en el futuro.
Indagar en lo que aún no existe y con un título como el que hemos elegido, cualquiera pensaría que deseamos “sentar cátedra”. Nada más lejos de nuestra intención; al menos en el sentido en el que tradicionalmente se entiende esta expresión. Tradicionalmente al museo se le ha otorgado la autoridad prácticamente absoluta sobre el conocimiento que alberga o genera, sobre su patrimonio entendido de una manera extendida más allá de su acerbo. El museo, como institución que es, ha considerado que en la propiedad del conocimiento estaba su poder y, como cualquier institución, se ha mostrado reticente a ceder parte de ese poder a los otros. Para ello el conocimiento ha sido elevado a verdad, la única verdad, el dogma. Esta actitud no es monolítica dentro de las instituciones, pero sí su esencia más extendida.
Cuestionar el dogma, reformular el museo en la medida que definirlo de otra manera es la manera de comenzar su metamorfosis y dejar puertas abiertas, pistas para los que sean receptivos a esos cambios, son los objetivos de este proyecto. Lección de arte y el equipo del Área de Educación del Museo Thyssen-Bornemisza saben que no van a cambiar el museo, mucho menos el mundo en el que vivimos. Lección de arte quiere mostrar otras maneras de relacionarse con el museo, y para eso es imprescindible invitar al público a “sentarse en la cátedra”.