Intersticios. Ejercicio de posibilidad
El pasado martes Clara Harguindey realizó un recorrido en torno a su proyecto Intersticios. Bajo el nombre “Ejercicio de posibilidad”, Clara propuso a las asistentes formular cambios posibles para sentir el museo más suyo.
El pasado martes día 30 de enero, realizamos la primera visita pública en torno a Intersticios. Bajo el nombre Ejercicio de posibilidad recorrimos el museo visitando dos obras y varios espacios de la institución. El encuentro pretendía ser un viaje similar al que he vivido como creadora durante el proceso de desarrollo de mi proyecto. Partiendo desde un posicionamiento crítico frente a la institución y su papel educativo, mi intención era detonar ciertos debates en torno al modo en que nos relacionamos con las obras, a cómo nos relacionamos con el museo y a cómo el museo se relaciona con nosotros.
¿De qué hablamos cuando hablamos de visitar museos? La primera obra que seleccioné para este recorrido fue El proscrito deslumbrante del artista chileno Roberto Matta. Como mediadora conocía datos e intenciones de la pieza. ¿Podíamos sentir deseos de rebeldía y empoderamiento mediante la observación de una obra? ¿podemos ser también como espectadores “proscritos deslumbrantes”? ¿y como mediadores? ¿hasta donde la mediación estimula y hasta donde contamina? El grupo que formamos era excepcionalmente sensible, inteligente y activo.
Mi siguiente propuesta fue analizar una obra del museo para todas desconocida. Observamos detenidamente la obra de Lucien Freud, Gran interior. Paddington. Fue tremendamente estimulante la profundidad que alcanzamos visionando y analizando en común. Comparamos nuestras conclusiones como no-expertas en Historia del Arte con el contenido ofrecido por la web del museo. Al compartir el modo en que mirábamos la obra, supimos que la pieza nos miraba a nosotras (éramos 13 mujeres y un hombre) y que al intercambiar opiniones revelábamos modos de percibir distintos, experiencias distintas, distintas relaciones y distintos momentos vitales que efectivamente atravesábamos. Reivindicamos nuestras miradas más personales ante la obra. La comparativa posterior con el contenido académico resultó interesante pero casi anecdótica. Lo que el lienzo contaba y cómo lo contaba ya era nuestro.
Para repensar el espacio del museo les llevé a una pared en la que no pude exponer y les invité a dilucidar las razones que llevaron al Área de Educación a negarme el lugar. Se trata de una pared que se encuentra a la entrada del museo, en el pasillo de la derecha, justo antes de llegar a la taquilla de las audioguías. Os invito a acercaros y a que me contéis por qué fue. En este ejercicio intercambiamos ideas sobre el paradigma institucional, el peso del poder y sus beneficios y problemáticas. Todas las conclusiones alcanzadas son para nosotras, se me antoja horrible trascribir todo aquí.
Por fin llegamos a Intersticios. Compartimos ideas sobre las posibilidades que tiene lo virtual para generar nuevas identidades (personales e institucionales), sobre el lugar (físico) que ocupa la obra, y sobre mis ansiedades e ilusiones respecto al proyecto. Partiendo de aquí, en la pared se leía “Cambia (algo en) el museo. Compártelo aquí / Change (something in) the museum. Share it here “ así que la propuesta por mi parte fue por fin realizar “ejercicios de posibilidad”. La dinámica consistía en revelar los límites que el museo (la institución del “no puedes hacer eso aquí”) dibujaba a la hora de habitar la exposición. Propuse la realización de acciones que inventásemos entre todas, que formulasen pequeños cambios. Las permutaciones realizables dentro de la norma. El grupo era mucho más rebelero y creativo de lo que podía haber imaginado. La primera propuesta fue transformarnos a nosotras mismas, aceptar nuestra mirada como válida y no temer sentirse ignorante frente a algo. Quise escribir el listado en la pantalla, pero la energía fue imparable y acabamos interviniendo la cartela. Quisimos cambiar etiquetas, sentirnos como en casa (recorrimos sala vacías en calcetines, ocupamos el espacio…) ¡El museo fue más nuestro que nunca!