Braque y la música
Mujer con mandolina. Georges Braque
Camille Corot, Gitana con mandolina, 1874

Los caminos de la modernidad en el siglo XX se construyen sobre una herencia pluricultural, rica y diversa. Artistas como Pablo Picasso y Georges Braque, en su búsqueda de nuevas formas de expresión, cristalizan su inquietud en propuestas de vanguardia como el cubismo. ¿Qué huellas y caminos del pasado podemos intuir en sus obras? 

Braque pinta Mujer con mandolina en la primavera de 1910 después de un periodo en el que bodegones y paisajes son su principal tema pictórico. Los bodegones de Braque, creados en pleno cubismo analítico, se llenan de instrumentos musicales y partituras. En ellos encontramos continuas referencias al volumen y el tacto de los objetos con los que convivía en su estudio. 

En Mujer con mandolina, además, Braque vuelve a la figura humana después de contemplar diferentes cuadros de Camille Corot (expuestos en el Salon d’Automne de 1909) donde se podían ver mujeres sentadas con instrumentos en sus manos. Estas tañedoras de Corot permitieron a Braque relacionar la figura humana, los instrumentos musicales y la quietud de las naturalezas muertas en sus propias obras.

¿De dónde surge la inspiración?

Eduardo Paniagua, arquitecto y músico especializado en la música medieval española, nos habla de la obra Mujer con mandolina y de la evolución histórica de los instrumentos de cuerda en esta y en otras obras de la colección.

Genealogías
Georges Braque tocando la concertina en su estudio

¿De dónde vienen las cosas?

La historia de algunos de los objetos presentes en las obras del museo nos permite descubrir el entramado y la diversidad de orígenes e intercambios que, desde la antigüedad, se han ido sumando para incorporarlos a nuestra cotidianidad e incluso a nuestras señas de identidad. Un mestizaje de referencias que nos muestra la riqueza de historias que albergan objetos tan cotidianos como los instrumentos de cuerda.

Estela funeraria romana

Arte mesopotámico, egipcio, griego...

La representación de personas con instrumentos de cuerda (tañedores de cordófonos) es un tema habitual en todas las culturas desde el arte antiguo. La estela de Lutatia Lupata, del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, es una magnífica muestra de esta clase de imágenes que nos conectan a lo largo de la historia del arte hasta llegar a obras como las de Corot y Braque.

Laúd y rabel grande, folio 162R, en Cantigas de Santa María, Códice de los músicos, Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

El ud árabe

Con la llegada de los musulmanes a la península el laúd árabe, o ud, entra en Europa de la mano del mítico músico Ziryab, según la tradición, el mejor tañedor de laúd que haya existido. Ziryab añadirá una quinta cuerda al ud y abrirá una de las primeras escuelas de música en Córdoba. Durante la Edad media y el Renacimiento, el ud y la pandura grecorromana irán evolucionando y variando su morfología hasta convertirse en los diferentes instrumentos musicales de referencia para la música culta y popular europea. En la península ibérica, el laúd compartió ese protagonismo con la vihuela. Su nombre, del árabe العود (al-ud = la madera), se adapta a las diferentes lenguas europeas.

Píxide de al-Moughira (detalle), Madinat al-Zahra, 967-968. Musée du Louvre, París

Ziryab

La presencia del músico Ziryab marcará un antes y un después de su llegada a Córdoba. Fue protagonista capital en la evolución y formación de la lírica y la música andalusí y, en consecuencia, de muchas de sus manifestaciones en el contexto europeo posterior. 

Desde el ud de Ziryab hasta la representación de Mujer con mandolina de Braque, podemos ver registrados en las obras del museo los cambios que en los diferentes periodos se incorporan a los instrumentos de cuerda, y cómo éstos se van modificando y diversificando en otros tipos de cordófonos. ¿No es acaso una onda expansiva parecida la que provoca el cubismo a principios del siglo XX al modificar nuestra manera de entender y representar imágenes?

El cubismo y el arte africano

Decía Yves Le Fur, director del patrimonio y de las colecciones del Musée del Quai Branly, que: “no hubo un periodo negro en Picasso, sino que este periodo duró toda su vida”. Como podemos ver en algunas fotografías de su estudio de Bateau-Lavoir, al igual que Braque, Pablo Picasso se rodeó de toda una colección de objetos e instrumentos musicales de diferentes partes y culturas del mundo. Poseía arte africano junto a las arpas de la tribu kele y los tambores del Congo. Todas estas influencias, junto con el arte íbero o las imágenes del románico, estarán en los cimientos de la revolución visual del cubismo a principios del siglo XX.

Grandes ciudades, jazz y cubismo
Pochade. Stuart Davis

Como nos dice Cecilia García Marco en su Análisis de la presencia musical en la pintura de Georges Braque y Pablo Picasso, será en ese París de principios del siglo XX donde parece que llegan influencias de todo el mundo, donde artistas e intelectuales franceses unidos a artistas migrados desde otros países generen un caldo de cultivo para nuevas propuestas filosóficas, científicas y plásticas. La interdisciplinariedad caracterizará esas nuevas vanguardias, entre las que surge el cubismo, vinculando y rompiendo fronteras en diferentes lenguajes como la literatura, la pintura e incluso la música. Nuevos estilos como el jazz y otras corrientes musicales con raíces multiétnicas hacen que se abandonen las danzas sociales de tradición europea en favor de otro tipo de músicas y bailes de origen variado con gran influencia de los ritmos africanos, afroamericanos y latinos, como el charlestón, el tango, el foxtrot y el merengue, entre otros. 

Será en ese París de principios de siglo donde un artista como Stuart Davis investigue y sintetice a la perfección las nuevas ideas artísticas que llegaban a los Estados Unidos de América desde Europa con su propia identidad y cultura. Davis recoge elementos del lenguaje cubista para crear obras inspiradas en la vida de la metrópoli con el objetivo de que se conviertan en un arte nuevo americano y que serán el equivalente en pintura de lo que el jazz había supuesto para la música.

Sweet Caporal. Stuart Davis

Braque y la música

Mujer con mandolina

Alberto Gamoneda y Felicitas Sisinni
Área de Educación del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Con la colaboración especial de Eduardo Paniagua, arquitecto y músico

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