La escucha como práctica

Entender los museos desde una perspectiva social implica prestar una atención real. No se trata solo de oír a la sociedad, sino de escucharla realmente, dialogar con ella, hacerse eco de sus intereses y preocupaciones y, especialmente, permitir su participación. En definitiva, no entenderla meramente como un consumidor, sino como parte integrante de la institución misma, poniendo en valor lo que cada individuo puede aportar desde su propia experiencia. Lo social pone en el centro de las instituciones a las personas y en ello tienen una larga experiencia los programas públicos y los educativos, ya que tradicionalmente los museos han delegado en ellos los canales de interacción, participación y escucha con la sociedad.

Cada vez son más los museos que colocan a la sociedad en el centro de su acción, desde los programas expositivos a los de conservación. Pero, ¿son conscientes de que esa labor ya se hacía en los museos?, ¿valoran la experiencia que han adquirido a través de lo educativo?, ¿no se tratan simplemente de acciones cosméticas? Defender lo educativo como un espacio de interlocución es indispensable para que esta función siga siendo relevante y teniendo un valor más allá de lo formativo y de lo subsidiario de otros agentes educativos. Los procesos de escucha desde lo educativo visibilizan temas como lo ecosocial, las cuestiones de género, la vinculación entre salud y cultura, los asuntos derivados de las migraciones o las relaciones coloniales, y su incorporación a los museos no como grandes discursos, sino como temas de interés en el diálogo que conlleva lo educativo.

En este encuentro queremos reivindicar a los departamentos, educadores y otros agentes que desarrollan la labor educativa como imprescindibles para establecer canales de escucha que permitan a la institución conectarse con las personas.