Orgullo de ser educador (I)
Yo me considero Educador de Museos, así con mayúsculas. Las razones son múltiples y variadas e intentaré resumirlas desde diversos planos de análisis.
Esta mañana mi querida colega y amiga Dácil Granados se hacía eco en su perfil de Facebook de una de las entradas de este mismo blog, concretamente la publicada por el educador y artista Jordi Ferreiro titulada ¿Por qué cuando le digo a mi madre que soy educador en museos se piensa que soy cuidador de niños? Un título ciertamente provocador que atiza el fuego de un antiguo debate y que muestra ese carácter irónico y crítico que tanto me interesa del fantástico trabajo Jordi.
La entrada no tardó en ser contestada por otra usuaria de la red social son otra irónica pregunta: “¿Porque el término peca de paternalista, infantiliza al visitante y le sitúa automáticamente en una posición pasiva?”. Una pregunta que inmediatamente Dácil lanza a algunos de sus amigos en la red. Y yo, que entre mis más queridos vicios está el de polemizar, me salgo de Facebook para, en el Blog en el que se inició este debate, intentar dar mi opinión sobre este tema.
En él voy a dar mi visión sobre la interpretación de que la educación es un término paternalista, que infantiliza al otro y sitúa al espectador en una situación pasiva, como el comentario que hacían a Dácil. Una lectura que últimamente y no tan últimamente ya que está dentro del ideario de una corriente educativa de la que se apropian-si, de una corriente educativa- que algunos defienden como lo último de lo último pero que está a punto de cumplir el siglo de antigüedad y que por cuestiones del mainstream -que niegan, sin darse cuenta que con esa actitud navegan en la cresta de su ola- repiten como si de una especie de mantra se tratara, sin entender el verdadero significado de la palabra educación y sus declinaciones postmodernas.
Naturalmente todos somos libres de llamarnos como queramos. Yo me considero Educador de Museos, así con mayúsculas. Las razones son múltiples y variadas e intentaré resumirlas desde diversos planos de análisis. En realidad son notas y pensamientos que estoy intentando se conviertan en un libro que no cesa en la búsqueda de un editor al que no le importe la polémica y una perspectiva de la educación en museos desde la práctica.
Empieza mi serie de entradas, agrupadas bajo el epígrafe Orgullo de ser educador. Cada una de ellas, un plano de análisis.