24 de diciembre: abrimos de 10:00 a 15:00. 25 de diciembre: museo cerrado.

Cerramos este tercer post con un gran abanico de preguntas que nos acompañan en el día a día como parte de los nuevos retos a los que nos enfrentamos. ¿Qué pregunta se nos quedó por fuera? 

Aquí recogemos y agrupamos, en un ejercicio conjunto y colaborativo -por ello también fragmentado y sobrepuesto-, algunas de las ideas sobre las que conversamos y sobre las que nos seguimos preguntando en nuestro día a día, como manera de aprovechar este tiempo extraño, y de convertir la adversidad, una vez más, en oportunidad de repensarnos, experimentar y crecer juntas, juntos, como personas e instituciones:  

 Preguntas que nos hacemos:

¿Todos los contenidos se pueden adaptar?

¿Qué comunidades quedan dentro y afuera?

¿Quiénes tienen acceso a la virtualidad?

¿Cómo afectar y ser afectivos? ¿Qué sucede con los afectos?

¿El encuentro es digitalizable?

¿Hay cosas que no pueden ser reemplazadas por la virtualidad?

¿Qué sucede cuando paro? La pausa es necesaria, la pausa construye

¿El tiempo se resignifica? ¿Cómo?

¿Cómo generar redes efectivas?

¿Las instituciones somos las personas?

¿Cómo trabajar desde/a pesar de la incomodidad?

¿Cómo saber si funciona o no esta nueva dinámica de intercambio?

¿Son los padres unos nuevos mediadores?

¿Cuáles son los otros medios que también nos sirven ahora? (la radio)

¿Qué es un museo sin publicos?

¿A qué nos enfrentamos en los museos tras esta situación de emergencia?

¿Cuáles serán las bases de la “nueva normalidad”? / “post pandemia”

¿Cómo atajar la normalización y estructuración rígida en la experiencia en el museo (también posiblemente en la escuela) cuando regresen los públicos al museo?

¿Qué nos afecte a todos, significa que nos afecta de igual forma?

¿Cómo imaginamos el futuro en los museos?  

 

 Pensando en el futuro

Este tiempo de confinamiento ha representado quizá una prueba para muchas instituciones del sector cultural, y en el caso específico de los museos, ha sido un llamado a reconfigurar nuestras formas de actuar y comunicarnos con los públicos.

Sin embargo, en esta prueba, sin duda alguna, la experimentación está jugado un papel importante, nos está exigiendo un trabajo en equipo por parte no solo de los miembros de las áreas de educación, sino también la vinculación del resto de miembros de todo el museo, así como otros actores para la construcción de ideas en momentos de crisis.

Todo lo vivido en esta época inédita, es también un aprendizaje que servirá para el momento de re apertura de los museos. Si bien es difícil aterrizar ese panorama, lo que vendrá es una oportunidad para seguir pensando en propuestas, tal vez no de largo aliento, sino a corto plazo, más acotadas al presente, a ese aquí y ahora que es tan relevante en la actualidad.

Sentimos que el futuro nos exige pensar ¿Qué tenemos disponible, “a la mano”? ¿Cómo nos movemos bajo ese recurso? Para algunos será lo virtual para otros la radio, y para otros ambos o ninguno. Las bases son las personas, su diversidad de realidades y cómo esas realidades se transforman en insumos o recursos. 

 Imaginamos un futuro en los museos: Abierto al cambio y las posibilidades // habitando esos espacios, valorándolos aún más // manteniendo las prácticas del conversar, el tú a tú  // donde se respete lo local, la comunidad // donde estemos conectados  // donde seamos respetuosos de los procesos de los unos y las otras.

Nos queda aún la tarea de resignificar el museo como ciudadanía, desde la construcción colectiva, entendiendo además que el museo del futuro es aquel que surge de sus aprendizajes. Imaginamos la posibilidad de un museo - así como de una sociedad- que desea aprender de sus errores y sale de esta crisis fortalecido a partir de la reflexión y de las experiencias que dejó este entreacto de pandemia. Pensamos en la posibilidad de un museo situado en estrecho vínculo con su contexto y que trabaja en varios niveles y en varios espacios físicos y virtuales. 

En este sentido, traemos la idea de María Wills Londoño, quien propone un museo que ayude a contribuir a la nueva confianza ciudadana; un museo que, gracias a la potencia creativa del arte, pueda ofrecer modelos para nuevas ciudadanías del cuidado por el otro/a/e. 

Catalina Pavez, educadora en Museo de Arte Moderno Chiloé  y Fundación Nube, Santiago de Chile, Chile; Catalina Martínez, educadora en Museo Artequín, Santiago de Chile, Chile;  Ayelén Rodríguez, curadora - educadora del Área de Comunidades en Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Argentina; Johanna Palmeyro, educadora en Museo Casa de Ricardo Rojas, Buenos Aires, Argentina; Katherine León Zuluaga, coordinadora de educación en  Museo Botero, Casa de Moneda y Museo de Arte Miguel Urrutia MAMU, Museos del Área cultural del Banco de la República, Bogotá, Colombia; Sonia Gugolj, educadora en Fundación Proa de Buenos Aires, Argentina; Agustina Barbosa, educadora en Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, MALBA, Argentina, y Luz Helena Carvajal, educadora en Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Fecha de publicación:
15 de Junio de 2020
Imagen
Luz Helena Carvajal Bautista
Información sobre el autor:

Educadora Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

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